Tenía 62 años Luis Verbeek y bien vividos. Baterista y maestro de bateros saenzpeñenses. Una personalidad simpática, amigable y, por tanto muy querible.
Integró la legendaria banda Rona, alguna vez tocó también en uno de los Cosquín Rock. Lo reconocían por un su gran golpe de bombo, contundente para pegar a la batería, un músico con muy buena base rítmica.
Chuck, para sus amigos, fue un músico generoso, verdadero puente generacional, entre aquellos de su edad y los jóvenes que desembarcan en la actividad musical
Para la cultura de la ciudad una pérdida irreparable, y sólo la posibilidad de recordarlo en cada músico y artista que emprenda con talento, el sueño de entregar a este mundo algo de belleza.