En un salón de la Capilla Guadalupe en el barrio Matadero, los chicos de la zona, recibieron el afecto de las palabras.
Siete lectoras voluntarias, (dos de ellas,Verónica y Damaris, haciéndolo por vez primera) llenaron la tarde de alegría, encanto y emoción.
Un rinconcito apartado de la geografía cotidiana de los habitantes saenzpeñenses, un sitio lleno de niños felices que por dos horas fueron más niños que nunca.
El Plan de Lectura es andariego y cuando el sol del jueves comenzaba a despedirse, sus lectoras registraron en fotos un momento entrañable: la despedida y un hasta pronto.