En un rincón del Lamadrid el Plan cambió de planes

Llegamos de a uno, cada uno por su medio, espiando esquinas, dudando pero a las 17 la canchita de la esquina de 10 y 15 nos recibió con una docena de niños.
Dispuestos a leer, comenzó la habitual ronda. La pelota fue puesta bajo el brazo y los cuatro que jugaban en un arco se acercaron. Lentamente el improvisado espacio al aire libre se llenó de niños.

Un perro se sumó al grupo de escuchas, también un lorito, subido a una palmera.
Una tardecita luminosa se despedía y las madres apuraban a los últimos remolones que se acercaban.

La segunda ronda de lecturas había terminado. Una pequeñita sentada adelante pidió pasar. Iris tomó el micrófono y contó muy suelta el cuento, Los tres chanchitos.
Detrás de ellas una más y otra y otra más. Dos hermanitos muy bien presentados se acercaron tímidos y se leyeron sus respectivos cuentos.
El Plan cambió de planes en el Lamadrid, chicos que leían sin preocuparse por nada a unos lectores encantados.

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